Javier, ingeniero en
Telecomunicaciones 

Soy responsable técnico de las antenas de las estaciones de GALILEO

 

Soy de

España.

 

Estudié

Ingeniería Superior de Telecomunicaciones en la Universidad Politécnica de Madrid

 

Me fui a

Universidad Técnica de Dinamarca (DTU) en Lyngby, un pueblecito al lado de Copenhague, con una beca Erasmus. En principio iba a cursar mi quinto año de carrera y al final me quedé casi dos años, haciendo 5º más el proyecto.

 

Sorpresa:

Fue que las clases, por el mero hecho de haber un extranjero, inmediatamente se pasaban a dar en inglés, y esto no provocaba problema alguno. También me sorprendió el que las clases eran mucho más reducidas, más participativas, y la manera de enfocar el curso completamente opuesta. Se memorizaba menos, pero se trabajaba mucho, y el rendimiento creo que en términos generales era mayor. Los daneses son gente muy práctica.

Un lugar

Entre la residencia donde yo vivía y el mar había un parque, una especie de Casa de Campo, en el que vivían cientos de ciervos en libertad. Me encantaba ir a correr por ese parque, llegar hasta una pequeña colinita desde la que se veía el mar, y volver a la residencia a seguir trabajando.

 

Un reto

En DTU uno de los mayores problemas es el del alojamiento. Las residencias de estudiantes están lógicamente ocupadas con los estudiantes daneses y no hay mucha oferta de pisos de estudiantes. Yo al principio comencé alquilando una habitación en una casa particular, pero a través de amigos daneses que hice en algunos cursos, pronto pude encontrar habitación en residencias dentro del campus. Relacionarme con la gente y hacer amigos fuera del círculo de españoles en el que por inercia tiende uno a quedarse fue algo fundamental. Y para ello tienes que ser tú quien dé el primer paso. Los nórdicos suelen ser de entrada bastante más cerrados que nosotros. Aún conservo algún amigo danés de aquella época.

 

Que hay que saber:

Tener un don para la socialización

No te puedes ir sin…

 

Conocer el país, haber visitado Suecia, y sin hacerle una visita a la Sirenita. ¡¡Y sin haber probado los "æbleskiver" en Navidad!!

 

Lo que he aprendido en mi experiencia internacional que más me ha ayudado en Indra:

A desenvolverme con empresas extranjeras, a que el idioma no sea un obstáculo en una reunión o en el trato con clientes o proveedores, y a entender las diferencias culturales que hacen que no se trabaje del mismo modo en España que en otros países.

 

Una recomendación para los que se animen a vivir la experiencia:.

Que no se cierren a nada, que abran mucho los ojos y las orejas, y que aprovechen al máximo la experiencia tanto en lo académico como en lo personal.