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Steve Jobs: a nueve meses de su partida

PorBen Schneider - 10 / 07 / 2012

La publicación de la biografía de Steve Jobs, escrita por Walter Isaacson, se convirtió instantáneamente en un ‘best seller’ y sacó a relucir detalles poco conocidos de su vida, como sus hábitos alimentarios y de higiene en su época de ‘hippie’, sus experiencias con drogas y su carácter tan particular y complicado al interactuar con determinadas personas. Estos aspectos biográficos pueden haber relegado o sacado de escena las enseñanzas funda- mentales que Jobs dejó.

Tomando distancia nueve meses después de su partida, es oportuno, como lo hizo el “Harvard Business Review”, destacar los aportes al ‘management’ que este gran empresario realizó.

La primera recomendación que hizo fue enfatizar la importancia de focalizarse. Al regresar a Apple en 1997, cuando esta empresa pasaba por momentos críticos, Jobs limpió literalmente la línea de productos y siempre exigió el no desviarse del foco del negocio y del plan aprobado.

Una segunda enseñanza fue la simplicidad. Privilegió lo simple, no solo en el diseño de sus productos, sino también en los procesos de negocios y en la manera de conducir la empresa.

Tomar responsabilidad de principio a fin fue otra de sus leyes, sobre todo en la empresa del siglo XXI, tan departamentalizada que hace que muchas veces se pierda el sentido de la responsabilidad integral.

Otro mensaje importante fue poner a los productos por delante de las utilidades. Esto implica tener la constancia y el compromiso con la excelencia primero, el éxito económico vendrá después.

Jobs criticó a aquellos que se convierten en “esclavos de los focus groups”, ya que esto limita la posibilidad de adoptar conceptos revolucionarios. Apple creó productos que los consumidores ni sabían necesitar. Jobs empujó a sus colaboradores hasta el límite en busca de la perfección, dijo tolerar solo a colaboradores sobresalientes, dejando en claro su desprecio por la mediocridad.

A pesar de ser el creador de la tecnología que hoy comunica electrónicamente al mundo, Jobs era un convencido de la importancia de relacionarse cara a cara con las personas, de ahí que promoviera los comités presenciales. Este concepto lo proyectó inclusive en el diseño de las oficinas de su corporación, para facilitar que sus colaboradores interactúen con frecuencia.

Hay estilos de gerencia que propugnan que la alta dirección se dedique a aspectos globales del negocio para que no se distraiga con los detalles. Otros gerentes se sumergen en los detalles y pierden de vista la foto global. Jobs exigió ambas cosas.

Otro aspecto clave en su estilo de gerencia fue ligar la ciencia y la tecnología a las humanidades, y demandar de sus colaboradores que nunca abandonen el aspecto humano al proyectar los planes de negocio.

Por último, el mensaje que se ha convertido en su frase de despedida: “Stay hungry, stay foolish”. Recomendó siempre estar “hambriento”, vale decir, no conformarse, seguir progresando, buscar la excelencia, pero esa búsqueda debe estar acompañada de alegría, inocencia y curiosidad, como la que proyecta un adolescente, para nunca perder la frescura con que hay que vivir.

Estas enseñanzas llevaron a Apple a convertirse en la empresa de mayor valor en el planeta y constituye el verdadero legado de Steve Jobs.

Fuente: El Comercio Perú - 07/07/2012