“COP 21, una nueva era para el modelo de desarrollo del planeta”
Tal y como adelantábamos en el anterior artículo, el 12 de diciembre de 2015 se celebró la Cumbre de Cambio Climático en Paris (La COP 21, COP del inglés Conference of the Parties), en la cual se consiguió finalmente un acuerdo definitivo jurídicamente vinculante y que ha sido aprobado por consenso de los 195 países presentes. Han hecho falta veintiún años de cumbres del clima e intensos esfuerzos diplomáticos para lograr el acuerdo que supone un nueva era para el modelo de desarrollo del planeta y que implica a casi la totalidad del mismo.
Previamente a la COP 21, dos hitos fundamentales marcaron las decisiones y negociaciones en materia de cambio climático: El Protocolo de Kyoto (1997), que vinculó inicialmente a 37 Estados y La COP 15 (celebrada en Copenhague en 2009), que fue un antecedente similar a la COP 21 de París, pero que finalmente resultó ser no vinculante y no establecía objetivos ni plazos concretos de reducción de emisiones.
Tal y como se indica en la primera parte del acuerdo establecido en la COP 21, uno de los aspectos más relevantes, es que pone de manifiesto la importancia real del cambio climático a nivel mundial y por primera vez, se reconoce el papel que juega el ser humano en él.
En este acuerdo, aunque sea jurídicamente vinculante, no se han establecido como legalmente vinculantes los objetivos de reducción de emisiones específicos de cada país. Por ese motivo, se ha establecido la meta obligatoria de que el aumento de la temperatura media global a final de siglo, quede muy por debajo de los 2°C respecto a niveles preindustriales y se acuerda también, hacer esfuerzos para aspirar al objetivo de limitar el calentamiento global a un máximo de 1,5°C.
Cada país firmante deberá aportar sus contribuciones nacionales revisándolas al alza cada 5 años. Para garantizar el cumplimiento de este punto, se ha creado un Comité de cumplimiento que se apoyará en herramientas de transparencia para permitir un control más efectivo de los avances en dichas contribuciones.
Esto requiere que los países monitoricen, verifiquen y reporten sus emisiones de gases de efecto invernadero usando el mismo sistema global, y además de reportar el avance de sus compromisos, los países tendrán que establecer metas de reducción y descarbonización ambiciosas a largo plazo (aunque sin fijar un objetivo numérico de reducción de emisiones).
Los países deberán alcanzar el pico máximo de emisiones de gases de efecto invernadero “lo antes posible”, sin marcar una fecha específica, admitiendo que los países desarrollados alcanzarán esa meta primero, mientras que los países en desarrollo tardarán más tiempo en alcanzar ese máximo. En cualquier caso, se deberán efectuar reducciones rápidas para encontrar, en la segunda mitad de siglo, un equilibrio entre las emisiones y la capacidad de absorción por parte de la atmósfera, especialmente del CO2.
Hasta ahora, 186 países de los 195 han presentado sus compromisos nacionales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Entre ellos se encuentran las principales potencias económicas del mundo, que suponen aproximadamente el 97% de todas las emisiones mundiales.
El acuerdo alcanzado en la COP 21, como hemos dicho, también marca una diferenciación entre países industrializados y en vías de desarrollo. Se indica que hay que apoyar a través de ayuda financiera a estos países, ya que disponen de menos recursos, para que puedan adaptarse mejor a los efectos del cambio climático.
Por último, pero no por ello menos importante, se pone de manifiesto que ya que la fecha de entrada en vigor de este acuerdo es el 2020, en el periodo de Transición 2015-2020, los países deberán continuar haciendo esfuerzos para la lucha contra el cambio climático.
El acuerdo no es perfecto, pero para muchos, supone un paso histórico, ya que tanto países como organizaciones, ciudadanos e inversores, se han alineado en torno a la lucha de este fenómeno global.
Las empresas van a jugar un papel muy importante para lograr la consecución de los objetivos de la COP 21, y por eso en Indra seguiremos con las actuaciones planteadas en nuestra estrategia para la reducción global de las emisiones de CO2.
Desde Indra, nos hemos comprometido por el Clima junto con empresas y particulares en una iniciativa del Magrama y Ecodes llamado “un millón por el clima”. Dichos compromisos se han presentado en la COP21 de París. También estamos participando en un cluster sobre cambio climático de Forética, que es la asociación de empresas y profesionales de la responsabilidad social empresarial / sostenibilidad, que tiene como misión fomentar la integración de los aspectos sociales, ambientales y de buen gobierno en la estrategia y gestión de empresas y organizaciones
Ahora nos toca reflexionar a todos…¿Qué os parecen los acuerdos a los que se han llegado en la COP 21?, ¿los conocíais?, ¿os parecen viables?, ¿podríais aportar ideas para luchar contra el cambio climático?
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