“Si quieres protegerte de un ciberataque pregúntate dónde está el dinero”. Este es el sencillo planteamiento que sigue Minsait para desarrollar algunas de las soluciones de Inteligencia Artificial más avanzadas del mercado que velan por la seguridad de grandes empresas.

Para David Fernández Granado, director de ciberseguridad de la filial de transformación digital de Indra, “los atacantes siempre buscan monetizar sus acciones y asegurarse el máximo retorno de la inversión”.

Solo los ataques lanzados por los Estados, que pueden tener motivaciones geoestratégicas, escapan a esta lógica, explica. El resto, incluso aquellos que se fijan como objetivo el robo de datos, tienen una motivación económica.

Bajo esta óptica, el primer paso para proteger una compañía según Fernández Granado es determinar cuáles son sus activos más valiosos, aquellos que el atacante más desea y tratará de alcanzar por todos los medios. “Se trata de protegerlos de forma especial para que el delincuente desista y desvíe su atención hacia otras áreas menos importantes”, destaca.

En este sentido, la inteligencia artificial y el uso del big data son dos de las tecnológicas que han demostrado mayor eficacia. “No sustituyen a los sistemas y métodos que tradicionalmente han venido utilizando las empresas, como los basados en reglas de negocio, sino que nos ayudan a reforzarlos y añadir una nueva capa de seguridad”.

Las técnicas de aprendizaje automático y machine learning, explica, permiten perfilar el comportamiento normal de las operaciones en todos los canales de la empresa. “Detectamos anomalías que generalmente pasan desapercibidas, pero que nos alertan de que se va a producir un robo”.

El directivo comenta que uno de los ataques más frecuentes dirigidos a grandes empresas consiste en cambiar los códigos de cuenta de las facturas.

“Es un fraude que suele descubrir el personal de recobros, cuando llaman a los clientes para reclamarle pagos y se dan cuenta de la estafa. Para entonces las pérdidas son enormes”, señala.

En el caso de las Pymes, al hacker le basta con interceptar el envío de los datos de las nóminas a la gestoría y cambiar los códigos de cuenta de los sueldos.

Ese mes, el dinero no llegará al bolsillo de los trabajadores. Viajará en su lugar a cuentas opacas abiertas en algún paraíso fiscal. “Para una empresa pequeña un incidente de este tipo puede suponer sencillamente el cierre”, asegura el director de Minsait.

Para llevar a cabo este tipo de acciones, el delincuente ha tenido que acceder antes a los sistemas de la empresa y moverse por la red sin ser detectado.

Se oculta en el enorme volumen de tráfico de datos, accesos a sistemas, correos electrónicos, consultas a bases de datos y operaciones que se realizan a diario en cualquier empresa.

“La ventaja que aporta la inteligencia artificial es que nos permite revisar cada una de estas operaciones prácticamente en tiempo real”, subraya Fernández Granado.

Este ingeniero industrial destaca que Minsait, como empresa líder en soluciones de transformación digital, solo ha tenido que adaptar la tecnología de inteligencia artificial que ya utiliza en muchas de sus soluciones para llevarla al ámbito de la ciberseguridad. “Esto nos ha permitido ser una de las primeras compañías en disponer de una solución madura y eficaz, que hemos implantado ya con éxito en empresas de gran tamaño”, añade.

Se trata de una solución que llega por otra parte en un momento crítico. “El inminente despliegue de la red 5G aporta grandes ventajas y ahorros a las empresas, pero también facilita a los delincuentes una potente infraestructura para lanzar ataques mucho más potentes, masivos y sofisticados”.

Sin embargo y a diferencia de lo que ha ocurrido con otros avances tecnológicos, esta vez tenemos avanzadas herramientas para defendernos y estamos a tiempo de desplegar medidas de protección. Está en juego la confianza de los consumidores y clientes y el futuro de muchos negocios.