Las bases estructurales de nuestra economía se apoyan en contratos, transacciones y registros que dan solidez a acuerdos que son parte inherente al accionar económico del ser humano.

Esto permite verificar identidades, detallar deberes y derechos que terminan gobernando las relaciones entre estados, organizaciones e individuos.

Para sostener esta práctica se requiere de instituciones y profesionales para llevar adelante labores burocráticas que el sistema demanda. ¿Pero como convive este sistema en una era de transformación digital?

Ciertamente hay un divorcio entre la lentitud del sistema burocrático actual y el potencial que la tecnología podría imprimir a este proceso. Según los profesores de la Universidad de Harvard, Marco Iansiti y Karim R. Lakhani, este contraste es cómo manejar un auto de fórmula uno en el medio del tráfico a la hora punta de cualquier metrópoli hoy en dia.

La respuesta tecnológica para acelerar las transacciones en un mundo cada vez más digital se llama: Blockchain. Blockchain es un sistema abierto y distribuido de registros de transacciones altamente encriptadas. Es como contar con una hoja de cálculo gigante que corre en millones de computadoras en simultáneo. Con este sistema podemos imaginar un mundo de contratos codificados y almacenados digitalmente que pueden ser visualizados a través de bases de datos compartidas, protegidas para evitar que sean alterados o eliminados. En este mundo, cada acuerdo se realizaría digitalmente, bajo los máximos niveles de seguridad.

Al concretarse esto, intermediarios como registradores, notarios y hasta bancos, tendrían que reinventarse, ya que la tecnología Blockchain permitiría realizar directamente entre partes, transacciones seguras con el apoyo de maquinas y algoritmos.

Así como el correo electrónico permite la interacción vía mensajes entre personas y organizaciones, el Blockchain permite realizar transacciones financieras. Pero al margen de estas transacciones, también podría registrar todo tipo de información estructurada, por ejemplo quien se casó con quien, quien es dueño de tal o cual propiedad. Más importante aún, para poder atender la información generada por sensores (Internet de las cosas) se va a requerir de ésta tecnología por el poder que tiene, ya que implica procesar miles de millones de transacciones en tiempo real.

Para dimensionar la potencia computacional del Blockchain, algunos expertos estiman que todo el poder computacional de Google hoy solo representaría el 5% del poder de Blockchain.

Esta tecnología que fue introducida en el año 2008, aun tiene mucho camino por recorrer. Para su funcionamiento los gobiernos tendrían que adoptar profundas reformas legales y por ello su implantación no será sencilla. Pero lo que sí es evidente, es que el mundo transita hacia la implementación de tecnologías como Blockchain y las organizaciones tienen la obligación de monitorear de cerca este fenómeno para entender el efecto que traerá a sus modelos de negocios y cómo más temprano que tarde, “subirse al carro” y así integrarse al grupo de avanzada en la transformación digital. El Blockchain está en camino y promete revolucionar la forma en que opera la economía mundial.