Tecnología para afrontar el reto de la España vaciada
Según los datos del padrón publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a 1 de enero de 2019, la población española ha superado los 47 millones de habitantes, la mayor cifra desde 2013, sin embargo, el 76% de los 8.124 municipios españoles han perdido habitantes.
La disminución progresiva de la población se concentra en Comunidades Autónomas como Castilla y León, Extremadura o Aragón, que incluyen provincias que forman ya parte de la denominada “España vaciada”, la alarmante consecuencia de los relevantes movimientos migratorios que se han producido en los últimos años desde las zonas rurales hasta las grandes ciudades.
Estos datos y muchos otros que afloran en múltiples estudios y en los programas de partidos políticos convierten en una prioridad encontrar la fórmula que permita afrontar con criterio el reto de la despoblación rural mediante soluciones que respondan a las necesidades específicas de los distintos territorios, como provincias y diputaciones, y faciliten la cohesión entre ellos para favorecer la repoblación.
Conscientes de ello, desde Minsait estamos evolucionando nuestras soluciones digitales para ciudades inteligentes a otros ámbitos como el turismo rural, agricultura, ganadería y pesca inteligente, movilidad a demanda de los territorios, o la tele-asistencia en salud. El objetivo es recuperar la población y atraer nuevas empresas, utilizando la tecnología para prestar servicios públicos de manera más accesible, eficiente y sostenible.
¿Qué impacto puede tener la tecnología como aliado del desarrollo rural?
Es evidente que aún queda un largo camino por recorrer que demanda programas específicos, tanto a nivel nacional como europeo, y un importante esfuerzo de coordinación entre los sectores público y privado. Sin embargo, algunas comunidades autónomas ya están apuntando impactos positivos en sus economías locales y mejorando la calidad de vida de sus habitantes de la mano de Minsait gracias a la transformación digital.
Son los casos, por ejemplo, de los proyectos de turismo inteligente de “Smart Camiño”, impulsado por la Xunta de Galicia, y “Cáceres Patrimonio Inteligente”.
La puesta en marcha, en la comunidad gallega, de una plataforma digital con aplicaciones móviles para guiar y resolver todas las necesidades de información de los peregrinos que realizan el Camino de Santiago se tradujo, en 2018, en un incremento del 68,5% en el número de usuarios de la web (www.caminodesantiago.gal).
Asimismo, las estimaciones apuntan a que el proyecto en Cáceres podría incrementar hasta un 5% el número de pernoctaciones y de visitantes, así como aumentar hasta un 10% el número de empleos en el sector.
Por su parte, la transición hacia la economía circular en España representa una gran oportunidad para el desarrollo económico y la creación de nuevos yacimientos de empleo sostenible a través del emprendimiento en ámbitos como el comercio sostenible o la agricultura ecológica.
En esta línea, destaca la apuesta conjunta de Minsait y Ecoembes, que ha permitido diseñar una plataforma de gestión inteligente de residuos denominada Smart Waste, que está ayudando a optimizar la recuperación y reciclaje en todo el territorio nacional, reduciendo notablemente el impacto medioambiental y económico.
Otros importantes pilares para la dinamización de la economía rural son el desarrollo de plataformas de inteligencia agrícola y ganadera para optimizar las producciones de una región y de soluciones globales para hacer frente al reto del cambio climático y su impacto sobre los bosques y costas.
La mejora de la calidad de la asistencia sanitaria atención y de los servicios públicos son otros puntos claves para frenar el éxodo desde el mundo rural. Son referencias en estos ámbitos el acceso en Galicia a la atención médica de mayores, pacientes crónicos y personas dependientes alejadas de los núcleos urbanos mediante un modelo de control teleasistido y proactivo, así como los proyectos da gestión inteligente de infraestructuras locales para ahorrar energía y agua o reducir la contaminación en Palencia y Lugo.
En definitiva, la “España Vaciada” es un reto que la tecnología puede contribuir a resolver. Muchas de las soluciones ya están inventadas, el siguiente paso exige definir modelos de colaboración eficaz y sostenible para implantarlas y mantenerlas.
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