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La diferenciación como estrategia

PorBen Schneider - 19 / 12 / 2011

El empresario en el siglo XXI requiere comprender que no basta ser eficiente para tener éxito, sino que es necesario diferenciarse de los competidores en la forma de concebir cada negocio.

Los expertos sostienen que a mayor diferenciación, mayor será la ventaja competitiva. Otros van más allá, consideran que la diferenciación es la base de toda estrategia efectiva.

En un mundo donde la globalización alcanza todos los ámbitos y los avances tecnológicos no son más privilegio de ciertos países, diferenciarse es difícil.

Los doctores Zook y Allen, de Harvard, han desarrollado un estudio que revela que la diferenciación es 4 veces más importante en la performance de la empresa que el propio producto que ésta provee.

Con la desaparición de Steve Jobs, probablemente desaparece también el mayor exponente de la diferenciación. Jobs siempre buscó hacer las cosas de manera diferente. Llevó la diferenciación a tal extremo, que desarrolló productos que ni sus clientes sabían que necesitaban. Mantener la diferenciación en el tiempo no es cosa fácil, esto no solo porque los competidores presionan, sino que muchas veces el problema surge al interior de la organización. El crecimiento que se experimenta con la estrategia de diferenciación viene acompañado de procesos más complejos y las empresas se exponen a confundir cuáles son sus competencias distintivas.

Los ejecutivos de primera línea terminan lejos del CEO y pueden perder la sensibilidad sobre los objetivos de la organización. Ante esta situación, muchos empresarios caen en la tentación de querer reinventar el modelo de negocios. La mayoría de las veces cambiar el modelo es el camino equivocado. El estudio aludido permite concluir que los líderes fundamentan sus estrategias de diferenciación a través de identificar fortalezas y lograr el desarrollo de diferencias, sobre la base de reforzar día a día sus ventajas competitivas. Aprenden a adaptarse a los cambios para lograr sostenerlas en el tiempo. Además, dedican las mejores mentes de la organización para consolidar sus competencias distintivas y confían sus procesos operativos vía “outsourcing” a especialistas.

Hay que descubrir el espíritu de Steve Jobs en cada organización. No solo como tributo a este formidable líder, sino como requisito para triunfar en un contexto complejo donde sin diferenciación no hay futuro.
 

Fuente: Diario El Comercio 26.11.2011