Existe una realidad que afecta a la mayoría de las empresas del planeta y está referida a que solo un 30% de sus colaboradores están realmente comprometidos con su trabajo.

Gallup reporta en su encuesta anual 2013 que el 50% de los trabajadores en EE.UU. apenas cumple con las horas que se les exige, y un 20% actúa en contra de los intereses de la firma, vale decir en forma improductiva, influyendo negativamente en otros colaboradores. Gallup estima que ese grupo le cuesta a la economía estadounidense 500.000 millones de dólares al año.

El enigma por resolver es: ¿Cuál sería la explicación para tal nivel de desencuentro?

Si bien los líderes reconocen que la principal tarea que tienen es el cerrar la brecha que hay entre el talento potencial de sus dirigidos y el compromiso que estos le entregan a la firma, también deben aceptar que el liderazgo que ejercen será determinante para lograr maximizar el potencial de sus colaboradores. Cierto es que a los gerentes no se les hace fácil descubrir cuáles son los cambios que deben introducir para lograr comprometer a su equipo.

Hace aproximadamente una década, los doctores W. Chan Kim y Renée Mauborgne, del Insead Business School, publicaron el libro “Océano Azul”, que no solo vendió más de 3,5 millones de ejemplares, sino que se convirtió en un referente para empresarios en busca de encontrar mercados nuevos para evitar la feroz competencia.

Los mismos doctores presentan esta vez en la “Harvard Business Review”, una estrategia para intentar resolver el dilema de la falta de compromiso de los colaboradores asociado al liderazgo que ejercen los gerentes.

La propuesta denominada “Liderazgo Océano Azul”, implica concebir esta actividad como un servicio que los colaboradores “compran” o no. Desde esta óptica, cada líder tiene clientes dentro de la empresa.

El líder tiene un jefe a quien le debe rendir resultados concretos y tiene seguidores a quienes debe inspirar y quienes buscan en él al guía que los conduzca hacia lograr las metas deseadas.

Cuando la gente valora las prácticas del líder, entonces en efecto ‘compran’ el ‘servicio de liderazgo’. Cuando ‘no compran’, entonces simplemente se desconectan.

Las recomendaciones centrales del Liderazgo Océano Azul son:

• Focalizarse en actividades concretas que el líder y sus dirigidos deben acometer para juntos mejorar la performance que vienen brindando.
• Conectarse con la realidad del mercado y en cómo los clientes perciben el trabajo de la firma para que sobre esa base, adopten medidas correctivas.
• Empoderar a los líderes a través de la organización. Las exigencias del mercado hoy, requieren de respuestas inmediatas, lo cual impide escalar los problemas en busca de una solución.

Delegar autoridad a líderes en las distintas capas de la firma y apoyarlos será determinante, sabiendo cuándo dejar hacer y cuándo intervenir para corregir una situación que podría tornarse peligrosa.

El líder es un servidor de la organización y debe entender que está de paso y su legado será dejar empoderados a líderes mejores que él, que se formaron bajo su gestión.