“La Primera Impresión”
Toda acción empresarial se basa en la interacción entre dos o más personas. Por ello, el poder “conectar” adecuadamente desde el inicio de la relación será fundamental para llevar a buen puerto cualquier emprendimiento. Pero si no se logra una conexión positiva, sobre todo durante el primer encuentro, las chances de llevar adelante una relación duradera quedarán comprometidas.
Al ser humano se le hace difícil el poder percibir adecuadamente a otro ser humano. La manera de evaluar al prójimo puede ser irracional, incompleta y hasta inflexible. Si bien ciertas emociones son fáciles de percibir, lo cierto es que nadie es “un libro abierto”. Hay comportamientos que no son fáciles de detectar y que resultan determinantes a la hora de trabajar en equipo sobre todo en ambientes de alta tensión.
Según Heidi Grant, de la Universidad de Columbia, cualquier persona ya sea un potencial nuevo jefe, un cliente, o un nuevo colega, generalmente nos evalúa en dos fases. En la primera fase, hará una apreciación en forma rápida y casi sin mayor análisis. Se basará en estereotipos, en cómo ve nuestra apariencia, o las señales que transmitimos. Durante el primer encuentro hay muchos aspectos que hacen difícil el poder acertar.
Por ello, en la fase dos, si ésta se da, habrá que dedicarle tiempo y esfuerzo para profundizar en los aspectos que influencian más el comportamiento de un individuo dentro del grupo de trabajo y muy probablemente, modificar algunas percepciones que se dieron durante la primera cita.
La investigadora sugiere que existen 3 “lentes” que toda persona preocupada por percibir adecuadamente a otra usa. El primero es el lente de la “Confianza”, que se utiliza para entender si la persona a quien se evalúa terminará siendo un aliado o un potencial adversario. Para ello, se identifica si el carácter de la persona irradia o no calor, amistad, respeto y empatía.
El segundo lente es el del “Poder”, éste entra a jugar cuando quien lidera la entrevista es de mayor rango. El trasfondo desde esta óptica se traduce en cuan útil será el individuo para el jefe que lo viene evaluando, lo mismo sucede cuando uno es el cliente y el otro el proveedor.
Por último está el lente del “Ego”, donde quien busca formarse una opinión del otro debe establecer quien está por encima de quien. Por ejemplo, el mostrar muchas cualidades o competencias sin mostrar calor o empatía, termina siendo una pésima combinación, ya que intimida y sugiere que uno podría convertirse en una amenaza para el otro en el futuro.
Por lo tanto, para usar eficientemente el sistema de los 3 lentes habrá que proyectar competencias y empatía bajo el lente de Confianza, bajo el lente del Poder, mostrarse útil y deseoso de ayudar a la organización colaborando con el equipo. Finalmente, bajo el lente del Ego, ser humilde y modesto y sobre todo inclusivo.
Todo ejecutivo para triunfar en un entorno tan competitivo como el actual, debe dominar los terrenos de la psicología, tan bien como lo hace con las competencias de su especialidad o verá seriamente comprometida su carrera. Por el lado de la organización, este mensaje es igual de importante. Si no logra capturar y retener talento, sus días estarán contados.
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