Dinámica de grupo
Las organizaciones empresariales operan a través de grupos de trabajo, la mayoría integrados por profesionales de distintas áreas, que se reúnen según las circunstancias para atender requerimientos diversos en un ambiente altamente dinámico y cambiante.
Sin embargo, las organizaciones reportan no estar logrando la performance que requieren de estos equipos. Una investigación de la consultora Deloitte, da cuenta que el problema no necesariamente radica en las competencias de sus integrantes, sino mas bien sucede que los lideres no logran articular al equipo debido a que desconocen como compatibilizar los distintos estilos de trabajo de cada integrante. Muchos gerentes no logran reconocer cuan profundas pueden ser estas diferencias y cómo esto afecta el resultado de la gestión.
El estudio de Delloitte reportado en el Harvard Business Review, describe cuatro estilos de trabajo y cómo éstos pueden complementarse, de manera tal de potenciar el resultado de la dinámica de grupo y recuperar el valor que se pierde cuando no se entienden estas diferencias. Estos estilos fueron identificados por Suzanne M. Johnson y Kim Christfort, a través de analizar respuestas de más de 190,000 ejecutivos que participaron en el estudio.
Cada estilo de trabajo le permite al ejecutivo abordar los retos de una manera particular, pero los cuatro generan aportes para una buena toma de decisiones.
Los Pioneros: Alertan tempranamente sobre posibilidades y opciones. Son positivos e imaginativos. Piensan que el asumir riesgos vale la pena y siguen su instinto. Generalmente ven el “bosque” y no el “árbol”.
Los Guardianes: Aprecian la estabilidad, traen orden y rigor a las sesiones del grupo. Son pragmáticos y tienen aversión al riesgo. Se guían por la data disponible y se basan en el pasado para proyectarse al futuro.
Los Conductores: Privilegian el generar resultados en el corto plazo. Tienden a tomar posiciones extremas, no aceptan adoptar planteamientos intermedios. Tratan de ser lógicos y apoyarse en datos.
Los Integradores: Valoran la corrección dentro del grupo y resaltan los factores que los unen. Son diplomáticos y tratan de ganar consensos. Se basan en el respeto mutuo y se distinguen por su sentido de responsabilidad.
Cuando el líder logra identificar los estilos de cada integrante de su grupo, debe intentar acoplarlos siguiendo tres principios: El primero, atraer a los extremos, identificando a quienes “chocan” más y buscar áreas de coincidencia. Por ejemplo, los Guardianes son mas reservados que los Conductores, pero ambos favorecen el mantenerse enfocados al atacar un problema, y es a través de las coincidencias que se pueden lograr puntos de encuentro. El segundo principio sugiere que el líder proteja a aquellos que profesan un estilo que se encuentra en minoría en el grupo, para así invitar a la reflexión a la mayoría y balancear el resultado.
El tercer principio sugiere el prestar mucha atención a los introvertidos. Sus aportes pueden ser decisivos.
Los líderes que invierten en analizar a los miembros de su equipo de trabajo y siguen estos principios lograrán articular una dinámica de grupo tal, que traerá como resultado una gran creación de valor para la firma.
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