El pasado Jueves tuve la oportunidad de asistir a la entrega de premios de los 40 principales en el palacio de deportes de Madrid, organizado por Prisa. Aparte de lo espectacular de la gala, me impactó mucho el efecto “fan” que generan algunos grupos de música o personajes.
Esta semana nos ha dejado Nelson Mandela, todo un icono de superación y resistencia. Tras pasar más de 27 como preso político, mientras medio mundo miraba hacia otro lado, hoy es idolatrado y venerado por los que en aquel entonces le dieron la espalda. Me gustará ver como acaba la gestión de derechos de imagen entre la familia Mandela y el gobierno de Sudáfrica.
Esa fue la pregunta que me hizo Lucía, mi hija de 5 años, ayer por la mañana. Tenía que hacer un dibujo sobre la profesión de su madre para un trabajo del colegio y yo no sabía cómo explicárselo.
Ya lo propuso el Sr Kotler en los años 60, cuando asentó las bases del Marketing, “la clave son las 4 P: Product, Price, Place & Promotion”. Hoy en día esa fórmula Marketiniana ha quedado obsoleta.
Y no solo lo digo yo, lo dice el mismo Kotler, o discípulos de él como Nirmalyar Kumar, con su libro “de las 4P a las 3V”:
1. definir el segmento de valor o clientes (y sus necesidades): segmento de clientes de mayor valor estratégico para la empresa.
Hace más de 500 años, Nicolás Macchiavello se hacía la misma pregunta al analizar si los líderes deberían esforzarse por ser amados o temidos por sus colaboradores, para fortalecer su condición al frente de diversos tipos de instituciones. Macchiavello concluía su análisis sugiriendo que el líder debería procurar lograr ambas características.
Así de contundente se expresó el presidente de Telefónica, César Alierta, la semana pasada en la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras (Racef), donde acababa de ingresar como académico de número. No puedo estar más de acuerdo!
Echemos un vistazo de lo que ocurre a nuestro alrededor, cada minuto:
Vivimos tiempos convulsos y acelerados. Cada vez tenemos menos tiempo para parar y reflexionar, y eso es un mal que nos afecta a todos los aspectos de nuestra vida. Sin duda las nuevas tecnologías, más allá de ayudarnos nos han complicado más la capacidad de “aislamiento”.